miércoles, 15 de julio de 2009

SERIE NARRATIVA

Cristian Lagos, dando lectura a El Camino del Choike
La Bola de Fuego que Suena como un Trueno.
Jorge Castañeda.
A veces escuchamos el cherrufe que cuando cae tiembla todo. El aire, la tierra, todo tiembla. Es el cherrufe que suena como un tueno, porque se va a carnear a algún lado. Por eso escuchamos como un temblor a lo lejos. Anda el cherrufe cerca. De noche. Como una bola de fuego sobre los campos. Cuando algún paisano se muere los agarran para cherrufe y anda a los temblores corriendo por los montes.Son los anchimallenes. Los anchimallenes deben ser nomás. Esos andan con el temblor. En el trueno. En las sombras de la noche son pura bola de fuego. Merodean al poblado porque esperan al finadito. Buscan la pura alma acá en Pilquiniyeu. Será que porque estamos muy solos y somos pocos. Por eso será.El collón también anda. Ese es puro hueso, pura toba, ganga de la piedra. Se hace hueso, se petrifica. Y cuando se enoja agarra a las niñas y se las lleva al hombro. Por eso se ve su figura con la nena al hombro, pero son piedra nomás. Silba fuerte. Es puro viento. Ese collón es pura tosca.Son los malos espíritus que andan sueltos por Pilqui nuevo –dice Rosa Mulato- el gualicho que por las noches nos levanta las pilchas, pero si una prende fósforo no ve nada. Tironea el cabello. Se aprovecha de una porque acá no hay nadie y somos pocos.Ellos son apariencia y si uno los quiere engañar es peor. Se dan cuenta. Son como el cuero del agua que enrolla a la persona para llevársela. Parece que están enojados con nosotros. Nos atentan en la oscuridad de la noche y no nos dejan dormir.Las luces vienen de arriba de la mesada y bajan por ahí. Todos los martes. Sí, todos los martes. Una vez la luz se hizo brillante y parecía una matra bordada. Parecía. Ahora poco se teje. El telar se va quedando solo. Como este pueblo. Como todos nosotros.
Jorge Castañeda.
Poeta, escritor y periodista argentino nacido de padres rionegrinos en la ciudad de Bahía Blanca y radicado en Valcheta, provincia de Río Negro.Ha publicado los siguientes libros: “La ciudad y otros poemas”, “Poemas breves”, “30 poemas”, “Poemas sureños”, “Sentir patagónico”, “Los atabales del tiempo”, “Valcheta, un pueblo con historia” y “Suma Patagónica”.
Tiene inéditos: “El lirio de los valles”, “Crónicas & Crónicas”, “Donde llora el ornitorrinco".


Juanita Puel. Fragmento.
Marta Goddio. Docente y escritora. Argentina

En la provincia de Neuquén, cerquita a Villa Pehuenia, bordeando el Lago Aluminé, se accede a un angosto camino de tierra enmarcado entre la frondosidad de ñires y pehuenes que mantienen ocultos los lagos y lagunas interiores. Por este camino se llega a un hermosísimos paraje: “Pu weri- Quechu Lafguén” (Bienvenidos a las Cinco Lagunas).
Pu weri- Quechu Lafguén, es un campamento agreste administrado por ocho familias de la comunidad mapuche puel, con viviendas muy alejadas unas de otras. Es en este sitio, bajo la sombra de un magnífico y antiquísimo pehuén, donde descansa, Juanita Puel. Tres cruces de madera, con coronas de flores desteñidas, atestiguan que no está sola. La cruz de Juanita, además del nombre, tiene grabada una fecha: 5 de julio de 2.005. No sé por qué razón, me detuve tanto tiempo en ese sitio.Me quedé sentada bajo esa sombra, disfrutando los silencios, atendiendo los ecos internos. Observando las velas gastadas, protegidas del viento por el hueco del propio tronco, al pie de las raíces. No se por qué, no me atreví tomar la pequeña cajita de fósforos que resguardaba el corazón del pehuén para encenderlas. Cuando llegamos, mi hija Francesca, con la sabiduría de sus entonces cuatro años, advertió inmediatamente lo sagrado del lugar. Ella, se detuvo junto al río que cantaba entre las piedras e hizo detener nuestro paso y con su ingenua firmeza nos dijo: “No pisen las plantas porque son de la chica que canta en el agua…”

Juanita Puel abandona el hueco

del pehuén que abrazó dormida


*****

Sopla en el cuenco de su mano,

burbujitas de aliento

****

Juanita Puel desovilla a luna

que se quedó enganchada entre los cerros.


MARTA GODDIO.
vive en Llambi Cambpell, provincia de Santa Fe. Conduce en una radio local programa "Nuestras Voces" y edita mensualmente la revista de literatura "VEREDA SUR"


Blanca Encierra.
Nadine Alemán. Argentina

“Era tan pero tan profunda nuestra alianza,/que nos encontrábamos todas las tardes en nuestra muda locuacidad”. (Nadine Alemán)

Bianca encierra las pocas ovejas en el corral todas las tardes. Y vuelve al rancho con las piernitas envueltas en abrojos y temblando por el frío hostil de la cordillera. Bianca y su vida suspendida. Bianca con ese padre viejo y acabado que no le dio más vida que esa vida, llena de ausencias. Bianca y las estrellas. Pero ella sale inmutable cuando lo oye decir, a veces como única frase en todo el día: “¡Bianca, encierra!”. Ella sale del rancho y encierra todo lo que puede, las gallinas, las ovejas, la puerta de la despensa. Hace todo lo que él le pide mientras lo ve envejecer. Hace el pan (le pone harina de la buena y lo amasa con leche fresca para que quede mas blando y no le arruine los dientes al viejo), y no se queja del agua helada del arroyo cuando lava la loza. Le compra pilas nuevas a la radio, pega el hule del mantel cuando se raja, zurce repasadores y medias. Hasta pesca con la latita en el arroyo para que no sean siempre fideos, papas y carne. Y cuando va al pueblo, Bianca tarda. Hace despacito el camino de regreso, como soñando que nunca llega. A su padre lo acuesta, lo levanta, calienta el agua en el tanque de la cocina a leña y le prepara el fuentón de lata para bañarlo. Y apaga las velas temprano para que Ella, la Muerte, si llega no lo vea. Espera la noche para dejar las cortinas corridas y desde su cama ubicada estratégicamente bajo la ventana, ve las estrellas lejanas que la helada patagónica vuelve mucho más brillantes, como un regalo íntimo, solo para ella. Ni bien se acuesta, Bianca se pierde en un viaje único. Es otra, vive otra vida, goza el destierro nocturno y se hace a él soñando que tiene amigas, que tiene marido, que tiene hijos, que tiene calor y que tiene un destino. Así se duerme hasta el otro día, cuando al amanecer otra vez se levanta, otra vez suelta las gallinas, las ovejas, abre la puerta de la despensa. Otra vez el día, la luz, el campo, el trabajo duro, el viento y su padre. Pasando como siempre las horas lentas, hasta el atardecer, donde vuelve a encerrar. Y sobre todo Bianca encierra. Encierra esas ganas de dejar esa noche las velas encendidas para que si Ella, la Muerte, esta noche viene, entregárselo de una vez y luego perderse finalmente en la vida que ella tiene en las estrellas.

SERIE POESIA

SERIE POESIA

ROBLE.

Yo miro como tú estás al frente mío
al medio está el río y al frente estás tú
y está llorando mi corazón
y tú todavía estás al frente
Yo miro tu espalday todavía no veo tus ojos
quiero darte vueltas y vueltas
que pasa gran Roble
todavía llora esta flor
y no sé cuándoque día esta flor va a rodear
el cuerpo del Roble.

Lucía Orellana Cofré. Lonquimay; 1959. Actualmente vive en Valdivia.Antologada por ediciones “Pegaso” en Argentina, Centro Poético de Madrid, Estudios Poéticos en México, publicada en la revista literaria SAFO en Chile, en la Antología Poética del Mundo Rural, Ganadora del Concurso CONARTE de la Corp.Cultural de Valdivia, con lo que edita su primer y segundo libro, Balcón Flotante, y Enarbolando Mares.



TODO SER HUMANO ES DIVISIBLE POR DOS. (a lo menos…)
Una de mí cultiva toronjil y orégano
Y recita de memoria versos de Khayam.
Otra de mí ama los bares y se embriaga
Al ritmo turbio de un tango de Piazzola.
Otra de mí lleva la cuenta exacta
De cuántos mirlos caben en un tilo.
Y otra, revisa mapas y sueña capitanear
Un barco rumbo a Alejandría.
Otra, pequeñita de mí llama a la infancia
Desde caracoles abandonados en la arena.
Alguien de mí, otras, otros, apretujados
Recorren conmigo plazas y mercados.
Al llegar la noche la bandada emigra
Hacia el cielo que cabe en mi ventana.
Y una triste de mí se queda en tierra
Y otra loca de mí parte a la luna.

de Acta de Independencia, autoeditado, Osorno, 2002)





Elizabeth Acuña. Chillán de Chile 1946. Radicada en Osorno en 1977. En 1993 publica el libro de poesía Espantando fantasmas con letra chica. En 2002 publica el libro de relatos Primera persona. Marzo de 2002 autoedita el libro de poesía: Acta de Independencia.

SERIE IDENTIDAD


Color del texto


LAS FUNDACIONES DE CURACA UTIN (Kurakatren).

Patricia Mora Troncoso.

Docente e Investigadora. Archivo histórico de Curacautín


En algunos documentos relacionados con historiografía se habla que en el año 1880 una expedición militar vino a las actuales tierras de Curacautín y levantó un pequeño fortín en el sector llamado hoy Tropezón: “…sentaron un campamento en los prados de esta región donde formaron un pequeño fortín de fosos y palizadas para librarse de los ataques de los indios, que llegaba a la cordillera y frontera argentina. El fortín fue ubicado donde hoy se llama la esquina de el Tropezón a la orilla del camino a Lonquimay. Este fue el primer fortín que hubo en estas regiones vírgenes y cordilleranas en el año 1880.Estos datos fueron dados verbalmente por el soldado Pérez que fue uno de los que andaba en la expedición y que volvió después a este pueblo a radicarse por algún tiempo en esta zona” (de las Memorias Escritas por don Ernesto Riquelme, 1949).También se encuentran antecedentes respecto a la fundación de Curacautín en 1882: “En el año 1882 al venir en marcha a los prados Curacatren, nombre denominado por los indios de la región a los campos de Cura Cautín le fue a encontrar cerca de la región de Victoria el cacique Juanchu Illai con mosetones y ayudantes al Batallón Arauco…..El batallón venía a las ordenes del Coronel don Gregorio Urrutia quien ya había conversado en Victoria con el cacique Juanchu…Al llegar a estos parajes el Batallón Arauco le estaban esperando los caciques Quilape Lope y Guantecol Cheuquepan…era avecindado poco tiempo en esta región con su tribu, admitido en sus alrededores por el cacique Lope…estaban esperando al Batallon con todos sus mocetones, esto no le causó buena impresión a los jefes de la tropa vera tantos indios a su llegada…entonces el jefe del Batallón ordenó que se le invitara a los caciques que ahí se encontraban para tener una reunión al día siguiente a las 10 de la mañana…fue así como se reunieron los caciques y algunos jefes de familias mas importantes de la región; los jefes del Batallón ordenaron un buen almuerzo en el mismo campamento que se había elegido para formar el Fortín y fuera servido a ellos junto con los caciques y así se hicieron conversaciones por medio de lenguaraz la fundación del fuerte fundándose con el nombre Cura Cautín , desnaturalizando el nombre Curacatren como lo denominaban los indios de la región y así fue la base de la fundación de Cura Cautín el día 12 de Marzo de 1882” (de las Memorias Escritas por don Ernesto Riquelme, 1949


LEYENDA DE NGUILLIU O PIÑON
Pilar Cimato.
Profesora en Ciencias Biológicas, especializada en salud y medioambiente. Argentina


“Antes mucho antes del que el huinca viniera por estos lados, hubo un invierno muy frío. Casi no había más comida. Se moría la gente de hambre. Había desaparecido el pudú, el choique, el luán. No se sabía donde se habían escondido. Los coná (jóvenes) salían a buscar animales y algunos hasta morían en el viaje.
Entonces se reunieron todos los Lonkos., mandaron delegaciones para pedir ayuda lo poco que traían era repartido. Al tiempo volvió un coná. Traía nguilliú. Dijo que cuando estaba en la cordillera se encontró con un anciano; el coná le contó lo que le estaba pasando a su gente, el viejito le preguntó por que no se alimentaban con los piñones, que esa era la verdadera comida que Nguenechén había enviado.
Después el cona no supo más del fucha huentru que desapareció entre la nieve. Se reunió toda la gente a escuchar la novedad y uno dijo que ese era un mandado de Nguenechén.
Buscaron todos los piñones que pudieron hallar, los juntaron y comieron e hicieron una gran rogativa para agradecer a Nguenechén. Desde entonces cuando se hace Nguillatún el Rehue se pone en el pehuén y se toma chafi.
El Pehuén es un árbol siempre verde de 30 m de alto con una copa aparasolada, con ramas largas y cilíndricas cubierta de hojas escamosas y punzantes en espiral. Cada árbol femenino produce alrededor de 200 semillas castaño claras. Es posible encontrarlo en suelos volcánicos en el Parque Nacional Lanín en Argentina y desde Ñuble hasta el volcán Villarrica en Chile . Las comunidades mapuches, con las semillas secas y cocidas, hervidas en agua, entre las brasas preparan una sopa mezclándola con la harina molida y agua y luego se cocina. En cambio con las semillas crudas y molidas se prepara un pan llamado “catuto”. Su valor nutricional es alto, de cada 100 gramos de piñones se obtiene 179 calorías, presentando minerales como el fósforo, potasio, calcio, o aminoácidos como tiamina y riboflavina.
Medicinalmente, la resina del pehuén es utilizada por los araucanos contra fiebres, lumbago y úlceras. También es usada en cataplasmas como cicatrizante de heridas.